Como no podía ser de otra manera, durante la semana del 20 de enero, mientras al otro lado del charco pasaban "cosas" al cielo le dio por llorar, y como no podía ser de otra manera, bastante fuerte.
Nos decía nuestro querido compañero (esperemos que por muchos años) y amigo Abel, que el día 21 cayeron 102 mm en el pluviómetro del Acebuche, máximo valor diario registrado en los últimos 40 años.
La sensación general (o al menos la mía que soy más bien soldado raso) creo que fue esa, que hemos tenido unas lluvias excepcionales y que por fin estamos en un ciclo húmedo. Parece que llovió tanto y durante tantos días que hubo hasta quien se puso esta imagen de perfil de Whatsapp:
¿Pero realmente llovió tanto? Pues más bien no, llovió lo normal, o más bien lo que solía ser normal. Pero tras 10 años de sequía, unas precipitaciones que hasta hace unos años eran la norma, ahora nos parecen poco menos que el diluvio universal. Y lo mismo con la marisma, lo que vendría a ser una inundación normal (o incluso algo por debajo de lo normal) para el mes de enero, ahora nos parece algo excepcional.
Me gustaría aprovechar y detenerme un poco en las lluvias, por dos cosas que creo que son importantes:
La primera es dejar por aquí este gráfico que creo que debería de presidir cualquier diapositiva de cualquier presentación en la que se hable de lluvias e inundación en Doñana (recordad que podéis picar en el gráfico para verlo ampliado).
Este gráfico (copyright intelectual para nuestro querido responsable de Colecciones (creo que es importante decirlo, pocas cosas más feas que apropiarse por acción u omisión del trabajo o ideas de otr@s compañer@s, verdad?) es tremendamente informativo. En él se muestra la precipitación acumulada en el Palacio para toda la serie histórica. Al estar la precipitación acumulada para cada ciclo, y estar los ciclos ordenados cromáticamente según una rampa de colores, podemos saber con sólo mirar la leyenda que ciclos fueron húmedos, secos o medios. Así, en la rampa utilizada que usa marrones y amarillos para los años muy secos y secos, verdes para los medios y azules para los húmedos, podemos ver que de toda la serie histórica tan sólo ha habido 4 años con precipitaciones muy altas (1987-1988, 1989-1990, 1995-1996 y 1996-1997). También vemos que los últimos ciclos "buenos" fueron 2003-2004, 2009-2010 y 2010-2011. El ciclo 2014-2015 estuvo también algo por encima de la media, y desde entonces los tonos marrones y amarillos dominan la gráfica reflejando estos 10 años de sequía.
[Por cierto, viendo esto con perspectiva menos mal que no tuvimos las mismas lluvias de esos 4 ciclos más húmedos después de 1998 y la construcción del dique de la Montaña del Río. Si recordáis, las lluvias de 2009-2010 y 2010-2011 produjeron una sobre inundación y una alta mortandad de especies en la marisma, que tuvo las zonas más altas que rara vez se inundan, muchas semanas por debajo del agua. Esta situación excepcional se produjo con una alta precipitación, pero muy por debajo de la de esos 4 ciclos. Hubiera sido un desastre tremendo... Ahora que se ha semi permeabilizado el dique en algunos tramos, quizás no se sobre inundaría tanto. Habrá que esperar a un ciclo excepcional para comprobarlo. Aprovecho, con poca elegancia y un poco de eso tan feo (y abundante) que es el self marketing, para volver a dejar esto por aquí, por si alguien no recuerda como fue y que pasó ese ciclo].
Volviendo al gráfico, otra cosa muy útil que podemos ver al destacar la media y el ciclo actual, es que tal y como decíamos, no estamos de momento en un año excepcional, sino un año que se aproxima mucho a la media, pero que todavía está por debajo. También podemos ver con la pendiente de la curva, que tuvimos un comienzo de ciclo muy bueno, similar al de los años de pluviometría más alta, pero que tras las precipitaciones de comienzos de otoño, tuvimos un inicio de invierno con muy poca agua, y ya la curva de este ciclo ha pasado a situarse en la zona media. Podemos ver también que todos los años húmedos han tenido unas lluvias muy fuertes en el mes de diciembre, y que los 10 años más húmedos al acabar enero ya estaban por encima de los 600 mm. Ahora mismo estamos en 294 mm (actualizado a finales de enero).
Todavía hay más información que se puede extraer del gráfico, pero luego me riñen porque mis posts son muy largos, así que ya os dejo que indaguéis vosotros. En cualquier caso, me permito sugerir a las "altas instancias" que se use este gráfico como referencia para hablar de precipitación en Doñana. Ya hay uno muy similar en la estupenda web de datos de la ICTS que están preparando nuestros queridos compañeros del proyecto PENELOPE con los datos proporcionados por nuestros queridos compañeros de ISTIC (la de gente que hay que citar 😅. Y cuanto "querido", hay tanto amor en la EBD! 💜... Aunque a veces se acaba 😢).
Tonterías aparte, la segunda cosa importante que comentar sobre las precipitaciones, era tratar de desmontar el mito (todavía hay más mitos que amor en la EBD y en Doñana en general) de que en la marisma no llueve, o que llueve mucho menos que a escasos kilómetros (o hasta metros!) de ella. Se dice que "las nubes se abren al llegar a la marisma" entre otras muchas hipótesis más o menos imaginativas.
En los tiempos remotos del Proyecto AGUAS en el END, como parte de mi trabajo y como parte de mi TFM, sacaba mapas de inundación interpolando los datos de todas las estaciones disponibles, eso incluía manuales, AEMET, IFAPA y las hoy llamadas Hidromet. Es cierto que las estaciones de la marisma daban valores significativamente más bajos que el resto. En mis divagaciones me gustaba imaginar que al igual que en Chile está Atacama a la sombra de los Andes, en EEUU el Mojave a la sombra de Sierra Nevada, o más cerquita el propio desierto de Tabernas a sotavento de nuestra Sierra Nevada; que nosotros teníamos Doñana a sotavento del cerro de los Ánsares y de todo el sistema dunar. También pensaba que la existencia de un aire más limpio sobre la marisma, llevaría a que hubiera menos núcleos de condensación, que como sabéis son necesarios para que se produzca la precipitación (seguramente sea al revés y en "el aire doñanero" tengamos abundancia de sales y aerosoles marinos provenientes del Atlántico que pueden actuar como núcleos).
Finalmente, mi apuesta es por aquello de que la explicación más sencilla suele ser la verdadera. Y la más sencilla es que se trata de distintos sensores, con distinto mantenimiento, los de la marisma además en un entorno bastante hostil, en los que es más probable que haya múltiples factores que afecten al buen funcionamiento de los sensores. Esto no quita que sea lógico que en estaciones ubicadas ya en la pre sierra como Niebla o La Palma del Condado llueva más (por lo de los vientos ascendentes, el efecto Föhn y tal...). Pero no es normal que en Sanlúcar de Barrameda, Chiclana o Almonte, llueva casi el doble que en la estaciones de la marisma. En fin, mi idea era esa, tratar de desmontar lo que creo que es un falso mito. La cosa es que cuando he descargado los datos de las Hidromet me he encontrado con que ¡Son prácticamente iguales que los del IFAPA!
Los datos de las estaciones del IFAPA que rodean Doñana a finales de enero son estos:
Localidad | Precipitación (mm) |
---|---|
Almonte | 316.7 |
Aznalcázar | 262.3 |
IFAPA Centro de Chipiona | 275.9 |
Isla Mayor | 289.4 |
La Palma del Condado | 437.0 |
La Puebla del Río | 290.0 |
La Puebla del Río II | 273.0 |
Lebrija I | 351.0 |
Niebla | 466.6 |
Sanlúcar de Barrameda | 270.5 |
En el siguiente gráfico se observan los distintos episodios de precipitación de este ciclo en las estaciones del IFAPA:
Los datos de las estaciones que se ofrecen en la web de la ICTS son los siguientes:
Localidad | Precipitación (mm) |
---|---|
Cancela Millán | 347.6 |
Cancela Millán_ (*) | 433.8 |
Vetalenguna | 340.1 |
Resolimán | 318.9 |
FAO | 240.1 |
Hondones del Burro | 332.7 |
Brenes | 252.1 |
(*) Todas las estaciones de Hidromet son datos de sensores Vaissala menos este dato que proviene de un sensor GaugeYoung. No está disponible en las otras estaciones. Faltaría también Lucio del Rey de la que no hay datos.
En el siguiente gráfico se observan los distintos episodios de precipitación de este ciclo en las estaciones Hidromet:
Como vemos apenas hay diferencia apreciable entre las dos redes automáticas (323.4 mm IFAPA y 323.6 Hidromet (305 mm si excluimos la que no es Vaissala (que como se ve en la gráfica de arriba, o tiene mal la fecha, o anticipa y postpone la lluvia según le venga en gana))) y la manual de Palacio (294 mm).
Podemos también hacer una comparativa de la media de las estaciones del IFAPA con las Hidromet y con la manual del Palacio de Doñana:
Vemos que los valores son muy similares, con oscilaciones lógicas entre los distintos frentes, pero en general vemos los mismos episodios de lluvia con valores muy parecidos (sí da la sensación de que la manual de Palacio tiene un día de desfase a partir de noviembre).
Todo esto nos lleva de nuevo a la explicación más probable, y lo más normal es que esto (el ver esta similitud entre las distintas redes de estaciones) se deba a que ahora hay un equipo haciendo un gran trabajo en campo y gabinete para que todo esté al día. Lo que parece que de golpe (al menos este año) ha eliminado esa dicotomía marisma/monte. Será cuestión de estar atentos los próximos meses y los próximos ciclos. En cualquier caso, desde aquí una invitación a quien le interese este tema a que mientras estén pasando los frentes visite la web de la AEMET para ver el radar y las imágenes de Eumesat en tiempo real, a ver si se observa algo raro (Spoiler: No).
Hay otras hipótesis probablemente algo menos científicas (quizás hasta muy poco científicas), pero que en honor a la chirigota Abre los ojos del COAC 2025 (**) merece la pena comentar. Se dice, y creo que hay hasta un libro, que hay una base alienígena bajo la marisma, a la que por algún motivo le molesta la lluvia. Quizás interfiera con sus comunicaciones interplanetarias, vaya usted a saber...
Otra explicación pintoresca es que no hay que olvidar que Doñana es un lugar pío, hogar de la Divina Pastora. Quizás la energía religiosa, potenciada por los rezos provenientes de la Iglesia de El Rocío (más toda la que se concentra en las romerías diversas, mucha energía ahí...) crean una especie de cúpula espiritual que actúa de escudo repelente de las gotas de agua. ¿Será la Fé hidrófuga? ¿Se podría pedir un proyecto del Plan Nacional para el estudio de la influencia de la Salve Rociera en la precipitación marismeña? ¿Habrá ahora mismo algún investigador pensando "Bueno, en peores plazas hemos toreado"?
Lo mejor de todo, es que se pueden combinar ambas teorías. Ya sabéis que hay quien sostiene que los dioses egipcios eran seres provenientes del espacio exterior. ¿Quien nos asegura que tras la caída del antiguo Egipto, Ra y Amón no se refugiaron en este rinconcito del mundo bajo los pseudónimos de Ro y Cío?
En fin, me estoy acordando ahora de una anécdota que alguna vez le escuché a Miguel Delibes en una charla, sobre como José Antonio Valverde les salvó a él y a otro doctorando en un enfrentamiento contra rocieros que estaban molestando a las colonias de La Pajarera. Así que terminar pidiendo que nadie se enfade por las bromas y que por supuesto ¡Viva la Blanca Paloma!, ¡Viva la Reina de las Marismas! y ¡Vivan Ro y Cío!
Abrazos a todos los que habéis leído hasta el final. Y abrazo de verdad para quien haya captado la referencia del título.
(**) Que mucho jiji-jaja, y que por suerte, y como no podía ser de otra manera, el público reaccionó como reaccionó. Pero que ya están el negacionismo y la ultraderecha en las tablas del Falla. En preliminares, como metáfora de lo que se viene. Hay unas palabras de Albert Camus en El Estado de Sitio en las que (hablo de memoria, mis disculpas si no es completamente exacta la cita) el protagonista hablando con la peste le viene a decir algo muy parecido a "Hay una especie de fuerza en el hombre, una locura clara y distinta, ignorante y victoriosa. Y esa será la piedra sobre la que nos levantaremos, y esa será la fuerza que no podréis detener". Esas palabras que por algún motivo recuerdo desde el instituto, ahora me asustan por lo bien que le funcionan al fascismo. Esa locura victoriosa por su propia ignorancia, auspiciada en las piedras de Twitter, Telegram, sordidos canales de Youtbe y hasta divertiéndose en prime time y en noticieros nacionales.